Mágicamente

Columna de opinión de Nataly Campusano Díaz. Core por Valparaíso y Directora de incidencia de Territorios Colectivos.

 

 

Hace exactos dos años, y cuando estábamos a tan solo meses del desarrollo del plebiscito de entrada a la nueva Constitución, quienes se oponían a esta declaraban a viva voz que una Constitución no solucionaría la vida de la gente, ni tampoco traería respuesta a las demandas que la ciudadanía levantó el 18 de octubre 2019, como también durante las movilizaciones que históricamente se han dado en el país post dictadura.

 

 

Otro argumento que utilizaban para oponerse a la redacción de una nueva carta magna era el costo económico de este era muy elevado. Señalando que Chile debía tener otras «prioridades» y no «gastar dinero» en un proceso constituyente único en nuestra historia.

 

 

Y la guinda del pastel del relato de aquel entonces fue que no era necesario hacer una nueva Constitución, que bastaba con reformar la que actualmente nos rige, naciendo con aquello el eslogan «rechazar para reformar», al cual no le fue nada de bien ese 25 de octubre de 2020. Noche en que el Apruebo se impuso por 78% de los votos.

 

 

Todos y cada uno de esos argumentos fueron hechos por los partidos de Chile Vamos. Hace dos años la derecha chilena prácticamente en su totalidad, salvó algunos díscolos internos en cada partido, abrazó la opción de rechazar una nueva Constitución.

 

 

Argumentos más o argumentos menos, en esa ocasión defendían a ultranza el actual modelo político y económico que se desprende de la Constitución de 1980, ya que rechazar en esa ocasión era quedarse con la actual Constitución.

 

 

En la votación de hace dos años no existía una propuesta Constitucional, e igualmente la derecha llamó a rechazar. Hace dos años no existía una Convención que según ellos ha sido «separatista, indengenista o comunista», e igualmente llamaron a rechazar. Hace dos años no existían Constituyentes que según ellos «no hicieron la tarea encomendada», e igualmente llamaron a rechazar.

 

 

Hace dos años, sin ninguna de las excusas o argumentos que hoy utilizan para rechazar, la derecha Rechazo. Chile Vamos votó el 25 de octubre del 2020 por mantener la Constitución de 1980, y resulta que dos años después quieren que creamos que ahora mágicamente van a votar rechazo para seguir con el proceso constituyente.

 

 

Desde la extrema derecha hasta la centro derecha, jamás han querido cambiar la Constitución, por algo según las mismas palabras del ex presidente Ricardo Lagos, las reformas del año 2005 pudieron hacerse únicamente hasta donde la derecha lo permitió. Bloquearon por décadas la existencia de este proceso que Chile se debía post dictadura y, por ende, que hoy mágicamente quieran continuar con este parece para nada creíble.

 

 

Cómo ha dicho nuestro presidente Gabriel Boric, votar Rechazo el próximo 4 de septiembre es legítimo, es una de las opciones y el Plebiscito será la muestra de la democracia Constitucional que debe tener un país y que ha diferencia de 1980, hoy si vamos a lograr tener.

 

 

Lo que no es legítimo es hacerle creer a la ciudadanía, primero, la falsa voluntad de una tercera vía; y segundo, que hoy un sector, que se negó por décadas al cambio, si cree en este, cuando ni siquiera hace dos años aprobó la existencia de este proceso que estamos viviendo. Cosa que no se demoraron nada en demostrar, una vez que el presidente, Gabriel Boric, planteó que en caso de no ganar el Apruebo, se debía convocar a una nueva Convención Constitucional.

 

 

Aquello, demostró que desde el primer minuto quienes andan ofreciendo una tercera vía, con incluso un nuevo plebiscito de entrada;. Shalper, Chahuán, Macaya; todos ellos hace dos años votaron Rechazo y en ningún momento han creído en el cambió Constitucional y hoy la utilización de una tercera vía es únicamente un mecanismo que tienen para ofrecer algo más de lo que realmente significa votar Rechazo: continuar con la actuañ Constitución, para con eso la derecha lograr su objetivo de olvidar todas las razones, la desigualdad e injusticia que nos llevó al 18 de octubre de 2019. Eso mágicamente no va a cambiar. La única manera de cambiar la Constitución y construir un nuevo Chile, es votar Apruebo!